Hace no muchos años, los fashion stylists eran creadores invisibles, fantasmas que pasaban de largo ante la atención mediática y se limitaban a ver coronados sus esfuerzos a través de los aplausos que recibían las celebridades para quienes trabajaban. Pero su situación ha cambiado radicalmente. Ahora, gracias al poder de las redes sociales y la difusión global de su trabajo, rivalizan en fama y fortuna incluso con los diseñadores más encumbrados.
La nueva reina del circuito
Hoy por hoy, la chica cuyos bonos cotizan al alza, ubicándose en el primer lugar en el listado de los estilistas de Hollywood, se llama Kate Young. ¿Su más reciente triunfo? La Gala del MET 2017 y los impecables looks que ideó para Selena Gomez, en un slip dresslencero de Coach que le sentaba de maravilla, y Dakota Johnson, vestida con un Gucci negro que evocaba la obra de Rei Kawakubo.
Pero a diferencia de algunos de sus colegas, la neoyorquina de cabello platinado –quien trabajó para Vogue en distintos cargos, incluso como asistente de la temida Anna Wintour, fue editora de las revistas I-D y Numero, ha diseñado zapatos veganos con Natalie Portman y posee un sólido conocimiento de historia y sociología de la moda– mantiene un perfil lo suficientemente discreto para lograr que no se note que sus habilidades han construido a detalle la imagen de las celebridades que contratan sus servicios.
Young, al igual que varios miembros de la llamada “vieja guardia”, prefiere que cada uno de sus estilismos parezca surgido de la espontaneidady no de horas de trabajo a base de solicitar prendas, visualizar combinaciones, hacer el pertinente fittinge involucrarse a fondo en un exhaustivo proceso de selección. Sin embargo, Young sabe jugar sus cartas y no se escuda en la falsa modestia, al contrario, no le incomoda recibir su porción de gloria y sabe lidiar con el peligroso estatus de estrella. Sabe que en esta hoguera de vanidades la regla de tasación es clara: disputarse el nombramiento de estilista del momento con base en una deslumbrante lista de clientes y, por supuesto, en la saga de estilismos que reciban más halagos en el mayor número de medios.
El juego de las sillas
Hasta hace poco, Monica Rose había conseguido obtener el codiciado título al trabajar para varios miembros del clan Kardashian y para las hermanas Hadid, entre otras personalidades; pero ahora que Kendall y Kylie Jenner prescindieron de sus servicios, la estafeta pasó a manos de Young, catalogada como la segunda estilista más poderosa según la lista publicada por The Hollywood Reporter, y la primera en tiempo presente gracias a los éxitos que obtuvo en laGala del MET 2017.
Entre los nombres que integran su clientela se encuentran Margot Robbie, Sienna Miller, Natalie Portman, Dakota Johnsony Selena Gomez, y ha sido precisamente a estas dos últimas a quienes vistió para la fiesta celebrada en The Costume Institute del Museo Metropolitano de Nueva York, con motivo de la exhibición Rei Kawakubo / Comme des Garçons: Art of the In-Between. Esto no significa, ni remotamente, que sea su único ni más ambicioso logro, pues Sienna Miller fue nombrada una de las mujeres mejor vestidas de 2015, debido, en parte, al empeño de Young por convertirla en la primera celebrity en lucir sobre una alfombra roja la colección con la que Peter Copping debutó para Oscar de la Renta y con la que Alessandro Michele lo hizo para Gucci; no obstante, lo que consiguió en la Gala del MET 2017 fue “la cereza del pastel”: el momento justo en el lugar adecuado para subrayar un trabajo que lleva años cosechando buenas críticas.
“Lo que trato de hacer es pensar en cada una de ellas a nivel individual y tener una visión clara de lo que necesitan. Hago una reflexión sobre quiénes son, cómo se verán mejor –en cuanto a silueta, colorido y otros aspectos físicos– y cuál es su estilo personal, encontrarlo, perfeccionarlo y trabajar en él en cada aparición”, puntualiza Young. ¡Misión cumplida, Kate!
